Emilio Jalil
Warrior Soul siempre fue una especie de anomalia del Rock. Demasiado pesados para los seguidores del Rock Alternativo de la década de los noventa, demasiado punks para los metaleros, demasiado metaleros para los punks, demasiado políticos para los fanáticos del Hard Rock y demasiado críticos de un sistema que incluía, entre otras cosas, a la disquera de la cual eran parte.
La banda, formada por el cantante (y podríamos decir, poeta maldito post apocalíptico) Kory Clarke en 1987, firmó un contrato con la Geffen Records (que ene esa época albergaban a bandas de la talla de Guns and Roses y Nirvana) y sacó su disco debut Last Decade Dead Century en 1990, para regocijo de la prensa y de un tal Lars Ulrich, quien desde entonces, y hasta la fecha, ha mencionado al disco como uno de sus favoritos de todos los tiempos, tanto que eligió a Warrior Soul como banda abridora de Metallica en una parte de su gira mundial entre 1991 y 1993.
Tratando de capitalizar el éxito de su disco debut, la banda (redondeada entonces por el guitarrista John Ricco, el bajista Pete McClanahan y el baterista Mark Evans) editó su segundo álbum Drugs, God and The New Republic tan solo un año después. Estos dos primeros discos son una mezcla perfecta de Hard Rock, Metal Alternativo y Post-Punk, todo aderezado por las mordaces letras de Clarke, cargadas de crítica político-social y una manera nihilista y autoindulgente de entender la realidad de fin de siglo.
Para 1992, Warrior Soul ya estaba editando su tercer disco en solo tres años. Salutations From The Ghetto Nation seguía la misma línea musical, pero aún más cargado a la furia anarco-poética de Clarke, que ya para entonces estaba bastante molesto por la manera en la que su disquera estaba haciendo las cosas. Clarke se había dado cuenta de que firmar con una disquera transnacional era firmar un pacto con el Diablo.
Para su cuarto disco Chill Pill, de 1993, la banda dejó salir sus frustraciones con un disco mucho más experimental y antagónico, pintándole un dedo a los ejecutivos de la disquera que le pedían a la banda grabar “hits”.
Como era de esperarse, Geffen soltó a la banda, y aunque esto le resultó en más libertad creativa a Clarke, también creó animosidad entre los miembros de la banda, trayendo como consecuencia la salida de Ricco y Evans.
En 1994, Clarke consiguió nuevos músicos y juntos grabaron un disco inyectado de la vitalidad que habían perdido un año antes. El The Space Age Playboys es el disco más enérgico de Warrior Soul y una muestra perfecta de su Hard Rock cargado de la crudeza del Punk y el músculo sónico del Metal.
Desgraciadamente, los problemas entre los miembros de la banda los llevaron a parar actividades en 1995 y parecía que la banda, con tanto potencial, iba a escurrirse entre las grietas que dividían a los sub-géneros para siempre.
Cinco años después Clarke logró reunir a la alineación original de la banda para regrabar los clásicos de la banda y hacer una gira en Europa. Aunque dicha reunión no duró mucho, sí sirvió para re-encender el fuego en el cantante, quien en 2009 reformó Warrior Soul con una nueva alineación.
Cabe mencionar que a partir del 2008, Clarke también estuvo cantando con Trouble tras la salida de Eric Wagner ese mismo año. Aunque estuvo cuatro años con la banda, el único material que grabó con ellos fue el disco en vivo Live in L.A.
A partir del 2008, Warrior Soul ha editado 5 LP´s de estudio, uno de covers y dos álbumes en vivo. Kory Clarke sigue siendo un poeta maldito post-apocalíptico y autoindulgente, pero ahora con casi 40 años de experiencia, lo que le ha dejado una voz aguardientosa, pero no tan degradada como un industria musical que a veces puede ser completamente despiadada.
Ahora en 2025, Warrior Soul se presenta por primera vez en México como parte de la primera pre-fiesta del Titans of Metal Fest, junto con bandas como Metalfier, The Wicked Ones, Wasteland, Starforce y Neck Surgery.
Estas prefiestas serán de entrada gratuita para los que adquieran sus boletos para el Titans of Metal Fest, a llevarse a cabo el 1ero de Marzo en el Parque Bicentenario de la CDMX.