Emilio Jalil
Satyricon es de esas bandas que, al menos para esta publicación, no necesitan presentación. Siendo parte fundamental del surgimiento y sobre todo del desarrollo del Black Metal noruego, el dueto conformado por Satyr y Frost es uno de los consentidos de aquella mítica segunda generación de Black Metal y uno de los referentes innegables tanto del Black como del Post-Black Metal.
Existe mucha bibliografía sobre el origen de la banda entre 1990 y 1991, año en el que se une a ella Satyr, pero fue hasta 1993 cuando el baterista Frost se incorpora al grupo y es ahí donde se unen los dos polos del átomo que sigue radiando hasta nuestros días.
Después de 2 LP´s del crudo y misantrópico Black Metal, más o menos prototípico del lugar y la época, Satyricon llamó la atención de la Century Media Records (quienes a mediados de los 90 fundaron su subsidiaria Century Black para editar exclusivamente Black Metal) y con esto comenzó una era de gran proyección mundial, no solo para Satyricon, si no para muchas otras bandas noruegas que hasta entonces eran bastante marginales sobre todo para el mercado americano.
Nemesis Divina fue el último disco de Satyricon que podríamos considerar un trabajo de Black Metal ortodoxo, y aunque fue bastante bien recibido, la banda estaría a punto de embarcarse en un viaje musicalmente evolutivo que se comenzó a gestar entre 1996 y 1999, año en el que editaron el Rebel Extravanganza. El disco ya mostraba un peso un poco más marcado de los mid-tempos y de estructuras más cercanas al Rock, pero aún con una estética sónica bastante enraizada en la unión de riffs disonantes y ritmos frenéticos. Aunque el disco dividió a sus fans más recalcitrantes, también ayudó a iluminar un sendero del que nunca regresaron. Para Satyricon, se trataba de evolucionar o morir.
Tres años después el dueto grabó el disco “perdido” de su discografía. Volcano fue realmente el disco más emblemático de la metamorfosis de la banda (y le llamo “perdido” porque por alguna razón no se editó en América y hasta la fecha no está disponible en los servicios de streaming) hacia el proverbial Black ‘ n´Roll, en donde tomaron su paleta musical y le imprimieron estructuras con un estilo más apegado al Heavy Metal y el Rock en general, dándole un papel protagónico a los todopoderosos Riffs de Satyr (que sin duda son su fuerte) y construyeron canciones cada vez más memorables, con ganchos melódicos y vocales, sin dejar nunca de lado por completo sus raíces blackmetaleras. Volcano es un disco completamente transicional.
Desde entonces, y a través de sus siguientes 4 discos, más que convertirse en una banda predecible de Black Metal, Satyricon esculpió su propia personalidad sonora, editando discos cada vez más reconocibles, pero siempre con los monumentales Riffs que hacen a Satyricon lo que es; una banda que pulió la filosa roca del Black Metal para convertirla en un diamante de 666 kilates. Satyr simplemente se convirtió en un extraordinario compositor, así de simple. Satyricon es una banda que definitivamente hay que ver en vivo, ya que es ahí donde ese diamante sónico brilla con más fuerza, de lo que seguramente volveremos a ser testigos este 16 de noviembre en el marco del MxMF VIII.