Emilio Jalil
Ya hemos estado hablando un poco más a fondo de algunas de las bandas que estarán tocando en el MxMF 2024 en las últimas semanas. Aunque los géneros y subgéneros que estarán representados son básicamente todos los importantes dentro del amplio espectro del Metal, algo que hemos encontrado en común en muchos de los grupos participantes es la evolución constante de sus propuestas musicales. Ya sea que estemos hablando de Enslaved, Tiamat, Samael, Satyricon, Pestilence o Cynic, lo que une musicalmente a estas bandas es la búsqueda de nuevos horizontes musicales, ya sea en base a la experimentación musical o a la inclusión de diferentes influencias y estilos para darle una paleta sónica más amplia a su propuesta musical. Esta progresión musical suele tener dos resultados paralelos invariables: 1.- Los fans más conservadores, quienes tienen un apego emocional a los primeros trabajos de las bandas, tienden a no ser muy receptivos con el cambio, generalmente acusando a las bandas de “traidores” o “vendidos”, independientemente de los cambios en cuestión. Y 2.- Los fans crecen con las bandas y van entendiendo que a veces las bandas necesitan evolucionar o morir, así de simple.
Aunque los resultados han sido muy variables a través de los años (habiendo casos infames con terribles resultados), la mayoría de las bandas logran prevalecer en la escena musical gracias al hecho de no sacar el mismo disco cada dos o tres años. Claro, existen excepciones que confirman la regla como AC/DC o Motorhead, pero hay un frágil equilibrio entre el progresar musicalmente sin traicionar el sonido esencial de una banda y el cambiar radicalmente para adaptarse a las demandas comerciales de un mercado, lo cual tiende a tener un mal desenlace a largo plazo.
Uno de los mejores ejemplos de una banda que supo evolucionar, sin comprometer su esencia es Katatonia.
Los suecos comenzaron tocando un híbrido de Death Metal con Doom y un ligero toque de Black (especialmente en la voz), pero en 1996, cuando editaron su segundo LP Brave Murder Day, incluyeron la canción “Day” , en la cual usaron por primera vez la voz limpia del cantante Jonas Renkse, quien mostró un lado sombrío con tintes de Robert Smith, que le dio a la canción un color muy diferente al resto del disco y a lo que venía haciendo la banda. La banda logró hacer que la canción no sonara fuera de lugar en el contexto agresivo-depresivo del disco y quizá sin proponérselo, sembraron la semilla del sonido del que sería su tercer LP.
En Discouraged Ones,de 1998, Katatonia tomó la idea de “Day” y la desarrolló en una obra colosal de ritmos medios, letras devastadoras y la yuxtaposición de pedales de Delay, Chorus y de Distorsión, demostrando que la pesadumbre y la pesadez sónica podían convivir en un contexto de pesimismo emocional sin perder potencia ni credibilidad. La idea musical del disco le dio claridad y rumbo a la banda de Renkse y su eterno compañero y guitarrista Blackheim, quienes encontraron un nicho musical perfecto para expresar con claridad su propuesta, que desde entonces captó la atención tanto de los fans del Doom y el Death del primer disco, como también de miles de fans que cubrían casi todo el espectro de la música oscura, progresiva y pesada.
Disco tras disco y a través de más de 30 años, Katatonia ha existido como una banda sui generis que incluye influencias de bandas tan diversas como The Cure, Sisters Of Mercy, Killing Joke, Candlemass, Jeff Buckley y Tool, pero siempre con el hilo conductor de la pesadumbre progresiva que los caracteriza.
La música de Katatonia suena al mismo tiempo masiva e íntima en vivo, la banda tiene el sonido y la seguridad de un grupo que está perfectamente situado donde quiere estar, sin dar ni pedir explicaciones, con la resignación de alguien a quien solo le queda atestiguar cómo el mundo se cae a pedazos sin poder hacer nada más que agregarle un soundtrack al colapso de la humanidad. Los suecos serán sin duda una de las cartas más fuertes a presenciar este próximo 17 de noviembre en el MXMF.
