Emilio Jalil
Hay algo inherentemente melancólico en la historia y música de Cynic.
Desde aquellos rumores que se esparcían como fuego en 1990 de que Chuck Schuldiner había reclutado a unos virtuosos de la escena underground de Florida para ser su banda de acompañamiento para la grabación del Human. El nombre Cynic comenzó a generar enormes expectativas incluso antes de haber editado su primer disco.
El Human de Death acabó siendo un parteaguas en la historia y evolución del Death Metal y en gran parte gracias a la participación del guitarrista Paul Madival y el baterista Sean Reinert, ambos miembros de Cynic, quienes tuvieron que poner en pausa las actividades de su propia banda para participar en la grabación y subsecuente gira del legendario álbum de Death.
Para cuando finalmente Cynic pudo grabar y editar su primer disco Focus, ya habían pasado dos años y las expectativas habían perdido un poco de inercia, aún así, Focus es considerado como uno de los discos definitorios en la historia del género. El disco debut de Cynic dio una catedra de cómo mezclar influencias de jazz y rock progresivo en un género que ya para esos años comenzaba a estancarse en formulas repetitivas. Junto con el bajista Sean Malone, Masdival y Reinert lograron crear un álbum con cohesión musical, aún mezclando géneros aparentemente dispares. Aunque ya varios de sus contemporáneos habían grabado discos con influencias jazzísticas y progresivas como Atheist, Believer y ellos mismos con Death, el disco es considerado un clásico por su gran despliegue de técnica y maestría musical. Aún con su tendencia hacia el rock progresivo, la banda no se alejaba del todo de la escena del Death Metal floridense de la cual provenían, lo cual fue muy bien recibido por los fans tanto del Death Metal como del Metal Progresivo.
Tristemente, problemas internos en la banda llevaron a que tan solo un año después del lanzamiento de su tan esperado debut, decidieran cesar actividades. Tal disolución llevo a que la banda se volviera aún más legendaria; “La banda que alteró los alcances del Death Metal y desapareció”.
Tuvieron que pasar 14 años para que Masdival, Reinert y Malone se reunieran y editaran su esperadísimo segundo disco Traced in Air en 2008. Aunque el disco es una continuación lógica del Focus, la saturación de una escena que ellos mismos ayudaron a crear provocó que la recepción del disco fuera hasta cierto punto tibia, especialmente porque ya casi no incluía elementos del Death Metal y se instalaba más de lleno en el Metal Progresivo, eso sí con un despliegue excepcional de técnica compositiva e interpretativa.
Entre 2008 y 2019, la banda continuó haciendo música de manera más o menos intermitente, editando un par de EPs así como el excelente Kindly Bent to Free Us en el 2014. La banda siempre fue fiel a su sonido y nunca hicieron compromisos con nadie, componiendo música introspectiva y a veces compleja, pero siempre conscientes de lo que Cynic significaba, más allá de escenas o tendencias.
En una de esas crueles coincidencias del destino, el 2020 fue un año trágico para Paul Masdival y Cynic. En enero de ese año Sean Reinert falleció en su casa y en Diciembre del mismo año Sean Malone se quitó la vida, dejando a Masdival como único miembro sobreviviente.
En el 2021 y tras un periodo de reflexión, Masdival decidió continuar con el legado de Cynic y junto con el baterista Matt Lynch (con quien ya había trabajado en un par de sencillos) llevó de regreso a Cynic al estudio y grabó el Ascension Codes, un disco donde se ve plasmada la nostalgia y al mismo tiempo la continuidad de una banda que se sigue rehusando a desaparecer, que es más grande que la simple suma de sus partes y es precisamente Masdival quien ha sido siempre el genio creativo detrás de Cynic.