Emilio Jalil
Cancer es de esas bandas que nunca hicieron algo especialmente original, ni lograron realmente destacar en el gran universo de la era dorada del Death Metal. Digamos que los británicos fueron una especie de respuesta a lo que estaba pasando en la escena gringa, pero es importante destacar que Inglaterra nunca se destacó particularmente por ser un gran hervidero de Death Metal tal como pasaba en Florida o Nueva York.
Salvo las excepciones que confirmaban la regla, como lo era Bolt Thrower (aunque nunca se consideraron a sí mismos una banda de Death Metal, sino más bien de “War Metal”), la banda de Michael Walker (voz y guitarra) nadó siempre contra la corriente en una escena más inclinada por el Grindcore y el Hardcore Punk.
Aún así, la banda logró grabar dos álbumes que siguen siendo considerados como parte fundamental en la historia y desarrollo del género, como lo son el To The Gory End del 90 y el Death Shall Rise del 91. Ambos mezclados por el legendario Scott Burns en los estudios Morrisound de Tampa, Florida. Estos discos cuentan con ese sonido super macizo que compartían los discos que producía Burns, como grandes clásicos de Suffocation, Deicide, Death, Cannibal Corpse y muchos más, poniendo a Cancer al tú por tú con sus contrapartes americanas.
Después de estos dos clásicos deathmetaleros, la banda se comenzó a inclinar un poco más hacia el Thrash y el Groove Metal en sus dos siguientes discos (The Sins of Mankind del 93 y Black Faith del 94), alejándolos aún más de la escena que los vio nacer.
Después de desintegrarse en el 96 y regresar brevemente del 2004 al 2006, Walker (único miembro restante de la alineación original) volvió en el 2013 con una nueva encarnación de Cancer para presentarse en festivales y promocionar las reediciones de sus tres primeros LPs.
Desde esta resurrección editó el disco Shadow Gripped (2018) y actualmente acaba de reclutar al bajista Daniel Majanto, al guitarrista Migueloud y al baterista Gabriel Valcazar para seguir tocando en festivales, como será el caso del MMF 20023, donde podremos ver a uno de los pocos exponentes del Death Metal británico, seguramente basando su set en esos primeros dos discos, lo que llenará de nostalgia a todos los que crecimos en la mejor era en la historia del Death Metal.