Emilio Jalil
Me acuerdo cuando salió el primer disco de Lamb of God, New American Gospel, por ahí del año 2000 (que en realidad era el segundo LP de la banda, solo que un año antes habían sacado su primer disco bajo el nombre de Burn The Priest). Recuerdo haber leído a varios periodistas referirse a la banda de Virginia como “El nuevo Pantera”. Todavía el “viejo” Pantera no se desintegraba oficialmente y los críticos ya les estaban buscando un reemplazo. Ese tipo de comparaciones siempre son tontas e injustas, sobre todo para una banda que apenas comenzaba a ser conocida en la escena internacional y ya les estaban pidiendo llenar unos zapatos imposibles de llenar.
Lo cierto es que Lamb of God tocaban un estilo de Post-Thrash / Power Groove reminiscente a muchas cosas, pero sin fusilarse a nadie en particular. Sí, tal vez Pantera es una de sus muchas influencias, pero finalmente hubo toda una generación de la llamada Nueva Ola de Metal Americano surgida a principios del 2000 que mezclaron ese Power Groove con Thrash, Hardcore y tonos de Metal Clásico, creando una amalgama con una identidad propia.
La voz de Randy Blythe siempre ha sido semi-abrasiva pero capaz de emitir notas y palabras discernibles, haciéndola ni tan melódica ni tan gutural, algo que le dio personalidad y carácter al sonido de la banda.
Para cuando LOG editó los clásicos As The Palaces Burn (2003) y Ashes Of The Wake (2004) rápidamente se colocó como cabeza de lanza de esa camada de Metal americano que le daba una bocanada de oxigeno a la escena metalera mundial, que tanto padeció en los 90. Ese par de discos desplegaban el gran trabajo de los hermanos Willy y Chris Adler (guitarra y batería, respectivamente), que tenían un estilo muy particular de ejecutar sus instrumentos con precisión milimétrica, similar a la de sus contemporáneos de Meshuggah, pero con estructuras más tradicionales de canción, al menos en cuanto a la métrica.
A través de 9 discos (o 10 si contamos el de Burn The Priest), Lamb of God se han consolidado como una de las bandas de metal más importantes y consistentes de los últimos 20 años. Con 4 de sus miembros originales aún en la banda (Chris Adler dejó el grupo en el 2019), Lamb of God se estrena como participante en el MMF 2023, para promocionar Omens (2022) su más reciente LP, que sigue manteniendo ese sonido tan macizo que seguramente provocará varios casos de tortícolis.